miércoles, 20 de abril de 2016

Una criatura del hielo

Una criatura del Hielo

            En un pueblo ya olvidado por el tiempo, llamado Winterlok, vivía una niña cuyo nombre era Emily. El pueblo amaba la nieve y el invierno, y cuando llegaban los vientos del norte que anunciaban la inminente llegada del invierno, el pueblo hacía una gran fiesta.
            El día que el pueblo preparaba la fiesta, Emily para evitar el trabajo, fue a pasear por el bosque. Encontró un camino poco transitado, que la llevó a un lago congelado. Se preguntaba:
-si los vientos del norte no llegaron, ¿qué congeló el lago?
            Mientras se lo preguntaba le pareció ver algo en una cueva. Se acercó y vio una especie de animal.
            Con un aliento tan helado que le costaba respirar. Al forzar la vista para observar qué había, descubrió un ser majestuoso que parecía una escultura de hielo. Su aspecto daba terror, pero Emily sentía que era un ser tímido. Daba un paso hacia él y la criatura daba tres para atrás.
Era un ser que caminaba en cuatro patas, con aspecto fuerte, con cola enroscada las pupilas parecían dos copos exactamente iguales. Pero su mirada era tímida y sensible. Despues de varios intentos, Emily logró ganar la confianza de la Bestia. Lo llamo Ectocus.
Durante los días que el pueblo preparaba la fiesta, ella jugaba con su amigo.
Así pasaron días y días.
Al fin los vientos llegaron pero eran muy débiles. El invierno no comenzaba. Emily estaba preocupada pero eso no evitó que visitara a su amigo. En la cueva donde vivía Ectocus, ella leyó una leyenda grabada en las paredes, donde contaba que la criatura era responsable del invierno. Su deber era subir una montaña, lejos del pueblo y quedarse ahí. En ese punto, Emily entendió que su amigo no se quería ir porque se había encariñado con ella.
Lo convenció de cumplir su tarea. Y después de  una triste despedida los amigos se separaron.




Sibila Celeste