jueves, 16 de junio de 2016
"Las rosas de Tsu-Ling"por otra perspetiva
Esta mañana esperaba encontrar a la esposa de Tsu-Ling como todos los días pero no fue así.Mientras yo esperaba la hermosa visita de mi vecina,me di cuenta que las rosas de Tsu-Ling se tornaron a un rojo sangre y por primera vez ganó la medalla del emperador, pero parecía que una culpa lo invadia por dentro.
Tiempo después el sabio Feng me vino a visitar,y me habló acerca de la acusación Tsu-Ling hacia mi por la destrucción de sus rosas.
Al otro día me enteré de que Tsu-Ling había puesto puesto sal a sus propias rosas por el crimen que había cometido.Había matado a su esposa
miércoles, 20 de abril de 2016
Una criatura del hielo
Una criatura del Hielo
En un pueblo
ya olvidado por el tiempo, llamado Winterlok, vivía una niña cuyo nombre era
Emily. El pueblo amaba la nieve y el invierno, y cuando llegaban los vientos
del norte que anunciaban la inminente llegada del invierno, el pueblo hacía una
gran fiesta.
El día que
el pueblo preparaba la fiesta, Emily para evitar el trabajo, fue a pasear por
el bosque. Encontró un camino poco transitado, que la llevó a un lago
congelado. Se preguntaba:
-si los vientos del norte no llegaron, ¿qué congeló el lago?
Mientras se
lo preguntaba le pareció ver algo en una cueva. Se acercó y vio una especie de
animal.
Con un
aliento tan helado que le costaba respirar. Al forzar la vista para observar
qué había, descubrió un ser majestuoso que parecía una escultura de hielo. Su
aspecto daba terror, pero Emily sentía que era un ser tímido. Daba un paso
hacia él y la criatura daba tres para atrás.
Era un ser que caminaba en cuatro patas, con aspecto fuerte,
con cola enroscada las pupilas parecían dos copos exactamente iguales. Pero su
mirada era tímida y sensible. Despues de varios intentos, Emily logró ganar la
confianza de la Bestia. Lo llamo Ectocus.
Durante los días que el pueblo
preparaba la fiesta, ella jugaba con su amigo.
Así pasaron días y días.
Al fin los vientos llegaron pero eran
muy débiles. El invierno no comenzaba. Emily estaba preocupada pero eso no
evitó que visitara a su amigo. En la cueva donde vivía Ectocus, ella leyó una
leyenda grabada en las paredes, donde contaba que la criatura era responsable
del invierno. Su deber era subir una montaña, lejos del pueblo y quedarse ahí.
En ese punto, Emily entendió que su amigo no se quería ir porque se había
encariñado con ella.
Lo convenció de cumplir su tarea. Y
después de una triste despedida los
amigos se separaron.
Sibila Celeste
sábado, 19 de marzo de 2016
¿Hermosas no?
Una historia
Una historia
Cenicienta la independiente
Esta es la historia de una chica que vivía con
su familia.
Un día, su madre se muere y, al tiempo, su
padre se vuelve a casar. La madrastra y sus hermanastras no le prestaban atención,
a esta chica la llamaban Cenicienta.
Un día hubo un baile en el palacio, estaban todos
invitados. Pero su padre no la dejo asistir porque ella no ayudaba con la
limpieza, con la cocina y demás quehaceres domésticos.
Cenicienta, después de estar tanto tiempo
sola en la casa, comenzó a aburrirse. Entonces, se hizo un vestido, se peinó y
se fue a la fiesta. En el camino se encontró con un hada que quería ayudarla.
Pero Cenicienta le dijo: “No gracias, ya tengo vestido y acabo de pedir un taxi”.
Y dejó al hada muy confundida.
En la fiesta conoció al príncipe y bailo toda
la noche sin que le importara la hora, porque pensaba volver a su casa cuando
se cansara
Al otro día, el príncipe le confesó que
estaba enamorado y le propuso matrimonio, pero Cenicienta le contestó que no
podía ocuparse de tonterías como el matrimonio y al día siguiente partió hacia la
universidad.
Fin
Echo por Sibila Celeste Lis.
El Reflejo
El Reflejo
Un trabajo del equipo 4:Sibila Celeste Lis ,Luciano Fusco, Mirko ,Miguel
Una noche cuya oscuridad podía perder a cualquiera. Lo único que veía Romina eran los ojos celestes de su hermano. Perdía poco a poco la esperanza. Pero al ver una gran casa en la lejanía, se tranquilizó y, sin esperar respuesta, dijo: “¡Rápido, hay que entrar!”
La entrada tenía una antigua mesa de algarrobo. Sobre esta, una pequeña lámpara de kerosene prendida. La niña iluminó el cuarto. Era muy raro, parecía que la casa los invitara a quedarse. El miedo de Pablo se incrementó. Sin embargo, Romina, tan segura de sí misma, lo calmó. Usó su frase preferida de hermana mayor: “Estoy aquí”.
Mientras exploraban la casa, Pablo encontró algo interesante: un espejo tallado, antiguo, el único mueble de toda la casa. Al mirarlo sentía como si alguien lo estuviera observando. Estaba a punto de tocarlo casi hipnotizado, cuando el llamado de su hermana lo hizo reaccionar.
Ella estaba muy feliz, pues había encontrado dos colchones y una frazada de terciopelo negro para cobijarse durante la noche.
—¿No podemos dormir en otro lugar? —preguntó el joven —Hay algo en esta casa que me da miedo.
—No hay nada que temer, este lugar es seguro. Además, sabés que siempre te protegeré. -—aseguró con una sonrisa.
Romina fue a buscar algún lugar cómodo para dormir; Pablo se quedó mirando atentamente el fascinante objeto que había encontrado, como si su propio reflejo lo sorprendiera.
La joven había entrado en lo que parecía ser la habitación principal. Mientras ella estaba hundida en sus pensamientos, preguntándose qué hacer cuando saliera el sol, el repentino grito de su hermano la devolvió a la realidad. Corrió lo más rápido que su cuerpo le permitió. Allá no encontró más que oscuridad y un mísero sonido que parecía ser una carcajada. Buscó y buscó y no encontró nada, estaba a punto de sentir la misma desesperanza que había sentido antes de encontrar esa casa.
Hasta ver el brillo sobre un cristal, corrió hacia él creyendo que eran los lentes de su hermano, pero era ese oscuro espejo que ahora le devolvía su imagen…. Una sombra se reflejaba detrás de ella. Una sombra sonriente, con dos ojos brillantes. Y una voz macabra susurraba: “Estoy aquí”.
Gracias por leer.
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