martes, 15 de mayo de 2018



        Oliver el pequeño huérfano
Oliver solía vivir en un orfanato, como la mayoría, en esa construcción  no se respetaba a los niños. Los dueños del lugar tenían sus pequeños festines mientras que los huérfanos cenaban lo que sobrara. Oliver tuvo este estilo de vida desde que recuerda, y cada día estaba más y más enfermo por tener una vida sin amor. Él quería escapar de esa prisión que parecía ser cada vez más pequeña, pero nadie lo apoyaba, .Le decían que era imposible y estúpido, pero eso nunca dejo de intentarlo. Para escapar, el huérfano comenzó un pequeño enciendo en la cocina, que inmediatamente llamó la atención, y entre todo el griterío y pánico de todos los niños y adultos, Oliver aprovechó la oportunidad para finalmente salir por la puerta.
  Desafortunadamente para nuestro pequeño aventurero, dos encargados lo vieron huir y, dejando los niños en las manos de otro, empezaron a perseguirlo. Oliver se dio cuenta rápidamente y pensó que ese era su fin. Pero afortunadamente el humo del incendio atrajo a un gran grupo de adultos, todos con caras llenas de preocupación y horror. Sin perder tiempo, Oliver se dirigió al enjambre de preocupación e inmediatamente se empezó a mezclar. Después de 30 largos minutos buscando al niño los encargados se rindieron, dejando al huérfano finalmente huir de esa pequeña prisión.
 ¡Oliver era libre! Y aunque no había planeado mucho que hacer después del escape, él estaba muy feliz. No pasó mucho tiempo hasta que una pequeña familia de tres personas lo encontrara. Aunque la madre estaba casi segura de donde venía, ellos decidieron cuidar del niño. Le dieron un lugar donde dormir al lado de la pequeña hija de la familia. Claro que no tenían mucho, pero el simple hecho de que hubiera gente que quería darle amor y atención, era suficiente para el invitado, que pronto sería parte de la familia.
  Dos meses pasaron y los padres empezaron a tener problemas de dinero para mantener a los dos niños. Emilia, la pequeña hermana nueva de Oliver, era muy joven para tener un trabajo, pero su hermano no lo era. Los padres se sintieron un poco mal al pedirle a su hijo adoptivo que trabajara, pero Oliver con una gran sonrisa dijo que si era para ayudar a la familia lo haría felizmente.
  Encontrar un trabajo para el hermano no era tan difícil, ya que la fábrica en que su padre trabajaba casi todo el día, necesitaba que alguien limpiara las chimeneas.
  Oliver pasó tres semanas con ese empleo, no era mejor trabajo, pero tampoco el peor y, después de todo, estaba ayudando a su familia.
  Era una tarde nublada y con mucho viento. Estaba terminando de limpiar la última chimenea, pero la escalera que usó ya miles de veces lo había traicionado: se había roto y lo había dejado caer al vacío. Esa tarde la pobre familia perdió a un hijo que, hacía poco que estaba con ellos, trajo el amor y atención que estaba buscando

1 comentario:

  1. Bien, Sibilla. Buen trabajo, pero no te olvides de que el título va en el espacio donde dice, precisamente: Título.

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